Y es que son gestos que convierten a "algo en alguien" que dijese mi amigo Juan Jesús. Que ablandan, sitúan y colocan a cada uno en su trozo de mundo ocupando su parte de vida. Dándole a las cosas un valor justo y más real.
A veces es bueno caminar, e incluso detenerse. Y empezar de nuevo. Comer cuando hay hambre para ser capaz de saborear cada bocado. Y comer lo que se necesite. No más. Y sonreir al mismo tiempo.
Pero no siempre hay que esforzarse en sonreir. En ocasiones simplemente no tenemos por qué evitarlo. ¿Por qué evitarlo? ¿Por qué negarlo? En lo que realmente aquí nos atañe imagino que será nuestra "profesionalidad" o lo épico de nuestra historia ¡qué se yo! ¡Y quién soy yo! Pero probad. Dejad que, si así surge, haya una sonrisa cuando me cruce con vosotros ya sea batíendonos el cobre por hacer nuestras vidas vivas o al cruzarnos en la calle satisfechos de estar vivos.
Os dejo mis dos últimas semanas de VIDA vivida.
REFLEXIÓN: ciertamente me encantaría más pero he de reconocer que realmente me ha resultado más que suficiente. Mirando este sitio en otros "junios" todo eran dramas y excusas. "Comer cuando hay hambre" Ese debe ser el principio.
"Morcilla" en periodo de conversión
Sed felices ;)