Barbaridad. Es el adjetivo utilizado por el juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud, para expresar su opinión sobre que las jóvenes de 16 años puedan abortar sin permiso. En una conferencia celebrada en al Universidad, aseguró que había que recuperar la autoridad paterna. El juez de Menores de Granada considera que existe un “complejo” de democracia joven. Este es el motivo de todas las “barbaridades” que existen en la sociedad. Una de ellas es que las jóvenes de 16 años puedan abortar sin que lo sepan sus padres y que, sin embargo, no estén autorizadas a conducir un coche. Emilio Calatayud no entiende que una niña de 13 años pueda practicar relaciones sexuales o comprar la pastilla del día después. El magistrado de Granada hizo estas afirmaciones antes de participar en la jornada de reflexión “Disciplina y Legislación en el sistema educativo andaluz”, organizada por la Universidad de Jaén y la empresa English TH. La causa de tanta “barbaridad”, según Emilio Calatayud, es que existe miedo a hablar del principio de autoridad. “En España no existe término medio. Hemos perdido el sentido común”, indicó.
La situación actual para el juez de Menores no es positiva. En su opinión, se debe recuperar el concepto de autoridad. “Los padres deben ejercer de padres y no de amigos. Lo mismo ocurre con los profesores, que no deben ser colegas de los alumnos. Hay que poner unos límites. No todo vale”. En cuanto a los jóvenes, Calatayud recomendó que recuperasen el sentido común.
El juez considera que los padres delegan sus responsabilidades en el sistema educativo, cuando la escuela debe ser algo complementario a la educación.
Al mismo tiempo, solicitó a la Fiscalía General del Estado que interviniese en algunos programas y series que emiten en televisión. “Es una mala educadora. Crean una juventud que no es real y hacen mucho daño. Nuestro jóvenes no son así. Los niños pasan de la infancia a la juventud y se quedan sin adolescencia”, dijo.
Ante la realidad actual, Emilio Calatayud habló de la necesidad de acordar un pacto del menor, en el que se estableciese una definición sobre lo que significa ser menor de edad y que diga qué decisiones puede tomar o no. Todo esto sin ningún estigma político. “Debe hacerse con criterios personales y humanos, porque todo está muy politizado. Tenemos un problema serio”, concluyó el juez de Menores de Granada.
(DIARIO JAÉN)
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