martes, 17 de abril de 2012

Sufriendo más de lo estrictamente necesario.

En ocasiones pensé que no quería estar allí, que no tenía ganas de correr, me acordé del momento en el que me inscribí... Ya desde el km 6 empecé a pasarlo realmente mal. Además de unas piernas muy cargadas y unas pulsaciones un poco altas, cuando me di realmente cuenta de que la carrera no iba a ser tan "corrible" (para mí) como yo esperaba empezó a anidar un pájaro en mi cabeza. Creo que conocí realmente al "tío del mazo" Incluso, pensé en dejarlo en el avituallamiento del km 10. 

No obstante, enganchado de un corredor con matrícula local (Club de atletismo "Fermín Cacho") e imitando sus movimientos (andar cuesta arriba y trotar en llano) llego hasta el km 10. Como y bebo y decido dejarme caer. Total, son 4 o 5 km de descenso y abajo hay otro avituallamiento. Las piernas no funcionan ni para abajo. Aún así me descuelgo un poco del grupo en el que iba y me voy un poquito para delante intentando reservar lo máximo posible unas fuerzas que sabía que necesitaría. Abajo como y bebo otra vez y me voy con un grupo de tres corredores. Así hasta el pie del último repecho de unos 5 km, entre los que estaban los famosos "caracolillos" La idea es clara: me marco yo mi ritmo y ando cuesta arriba y corro cuando esté llano (o pueda) Así lo hice. El grupo con el que iba se van hacia delante y yo cojo ritmo. Llaneando me adelantan algunos corredores y en la subida cojo mi ritmo. Tranquilo. Constante. Paso a algún corredor y eso me anima. Veo que no soy yo solo. Que la dureza es igual para todos. 

Ahora los gemelos dicen que quieren tener su momento de gloria. También tibiales. Y biceps femoral derecho al intentar estirar. A falta de 2 km veo un coche de la cruz roja. Total, como no voy a ganar voy a intentar "disfrutar" este último ratito. Me bajan el gemelo y me tratan con un spray. Así, trotando a ratos y andando cuando la pendiente (ya no muy pronunciada) se presentaba diviso un corredor por delante de mí. Necesitaba alguna razón para no pararme y acostarme debajo de cualquier árbol, así que me voy a por él. Le cojo a escasos metros de meta.  Cruzo el arco con muchas molestias, especialmente en el gemelo derecho.

De ahí a la ducha, fisio para mi gemelo, aperitivo, autobús y vuelta a casa. Aún así terminé. Ese es el consuelo. Por el entorno (santuario de la Virgen de la Cabeza) me dejé llevar e hice la promesa de volver a esa carrera para, entonces, mirarla cara a cara y disfrutar cada metro que en esta ocasión se me escapó.

WEEKLY SUMMARY:

3 comentarios:

  1. Animo y a cuidar ese gemelo!
    Saludos.

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  2. Muchas gracias Javi! Mucha suerte para tí en Arrigorriaga!

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