No es cuántos km sino qué km.

Muchos días después me he sorprendido buscando una escusa para justificarme a mí mismo el no preparar el maratón. Me he compadecido y me he lamentado de no poder hacerlo. De no encontrar el tiempo adecuado para dedicárselo a esto. Cuando faltaba a un entreno me enfadaba, me cabreaba conmigo y me reprochaba. Me sentía mal. Me he ido dando cuenta de que dejé de disfrutar el entrenamiento en algunos momentos. No me apetecía ese tipo de sufrimiento tan monótono y carente del romanticismo que en muchas ocasiones le encuentro al momento de correr.

No voy a explicar lo que es correr. Bueno si: un paso tras otro. Lento. Sí, lento. Muy lento. Incluso a veces parado. Buscando el compás entre corazón, piernas y camino. Y mente. La mente no debe pensar sino almacenar las sensaciones que el que ha corrido conoce. Buscar la motivación en el momento en que terminas de correr. En la ducha. En el beso al llegar a casa. En tu ilusión por contar lo que has visto y vivido en esa carrera. En mirar como el campo verdea y se ven los primeros lirios. En lamentarte porque llegaste tres minutos tarde a la puesta de sol y, al día siguiente, correr más rápido para llegar a tiempo. En correr más tiempo cuando puedes y menos o nada cuando no puedes. En el hoy corro porque me apetece. En acortar porque no puedo o alargar porque voy bien. En sonreir. En el sol de octubre, en el frío de enero o en el calor de julio... Todo esto es correr. 

Tenía muchísima ilusión en el 9 de diciembre pero no me siento mal. Todo lo contrario. Tampoco descarto los 42 km. Todo lo contrario. Si me he dejado claro algunas cosas: voy a hacer lo que me apetezca y cuando me apetezca. Estos meses he echado de menos mi bici, a amigos, alguna caminata... Es la suerte de no ser un PRO. Puedo llevar el timón de mi vida y disfrutar con cada cosa que haga. También me he dado cuenta de que no me gusta entrenar. Solo me gusta CORRER. 

SPECIAL WEEKLY SUMMARY

Como diría un grande "salud y kilómetros" 

Sed felices!