martes, 22 de enero de 2013

AL POR QUÉ HACEMOS ESTO..
Es difícil explicar la sensación de estar arriba, en la cima, con el viento frío azotando fuerte y la firme creencia de ser invencible…
Es difícil explicarlo si no has vivido el primer paso, si no te has puesto nervioso antes de empezar, si las ganas no han vencido al sueño.
Atarte bien las botas, ponerte los guantes y ajustarte el gorro. Aunque a mitad de camino ya todo sobraba.
Es complicado cuando una hipoglucemia te dice de golpe que hasta aquí has llegado, que ya no puedes subir más. Y es increíblemente gratificante cuando tu mente le dice “¡Y un carajo! Que en peores plazas hemos toreado. ¡¡Glucosa y arriba!!”.
Mirar a tu alrededor y no escuchar más que las palabras de ánimo de quien te acompaña en la subida, saber que si caes ellos te levantan.
¿A más altura se vuelve todo más complicado? Para nada. Mientras más arriba más excitación, más ganas de llegar, pero ninguna prisa por hacerlo. Parando a menudo para mirar tu logro, ahí abajo, tan lejano ahora… Y todo eso lo he subido yo…
Saboreando cada silencio, cada vista, cada paso, cada mirada de complicidad y satisfacción.
Los rayos de sol brillando sobre la nieve hacen la escena más deslumbrante si cabe…
Es difícil comprender la sensación de ese último paso, de haber llegado, de estar arriba. De ver Ciudad Real, Jaén, Córdoba y Granada. De alcanzar la cima.
Y hay quien me preguntó la noche de antes, ¿Por qué hacéis eso? ¿Qué sentido tiene? Igual y esto le ayuda a comprenderlo, pero es díficil, muy difícil si no los has vivido.




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