domingo, 24 de agosto de 2014

Por encima de las nubes pero por debajo de las cabras

Las tres cumbres del abismo
Es como se le conoce a la "Cuerda de los Agrios", cerca del Puerto de Tiscar.

Hasta allí salimos en coche muy temprano y nos amanece llegando. Entonces, este cordal se perfila azul en un cielo que apunta ya la mañana.


Al pie del Rayal, me retiro del coche un momento y entiendo aquello del abismo: estamos suspendidos a cientos de metros. Un corte caprichoso en la montaña que nos ofrece ya desde la salida una vista hacia la campiña jiennense espectacular. Lástima que la atmósfera de la mañana no estuviese muy limpia.


Ahí arrancamos a eso de las siete y tras encarar una pendiente seria y continua, sin más descansos que el zig-zag que vamos haciendo queriendo intuir una vereda, nos ponemos enseguida en una situación privilegiada desde donde observamos Mágina y hasta los tres tresmiles de Sierra Nevada que tenemos en mente (Veleta, Mulhacen y Alcazaba) Una masa de nubes muy densa empieza a pasar a nuestros pies dejándonos sobre un suelo de algodón blanco y con una atmósfera tan limpia que parecía que veríamos Madrid!!!




En dos horas hacems cumbre. Tranquilos pero sin pausa nos dirigimos al cordal. En ese camino nos depara la sorpresa del día al pararnos frente a una buitrera de la que salieron en torno a una decena de ejemplares que nos sobrevolaban a excasa altura permitiéndonos observarlos. Fue algo espectacular y realmente bello. No había motivo para no parar y sentarnos. Cuando ellos quisieron seguimos adelante.


Estudiamos el paso y acordamos rodear el coloso Picón del Guante pordebajo. un paso muy muy técnico que te hace ir demasiado alerta y quizás te permite disfrutar menos. Era un paso de caliza suelta, muy cortante que no facilitaba el uso del bastón y te obligaba a pensar muy bien cada pisada. Tras tres horas llegamos a la cresta a escasos metros de la segunda cumbre y decidimos descender por la hora.




La bajada difícil también, por la cara opuesta y en dirección hacia la Loma de Cagasebo. Abajo, un bocado entre un bosque de pinos entre los que están dicen el más antiguo de Europa. Otra vez el tiempo... nos quedamos con muchas cosas pendientes. Tantas como para volver...


Sin detenernos mucho hacemos un camino sencillo y agradable de vuelta al coche rodeando la cordillera. Sin embargo, ya el calor se dejaba notar y nos castigó hasta la llegada al punto de partida sobre las tres de la tarde.

Fue algo espectacular. Sin duda lo más técnico que he hecho hasta ahora. Sin embargo, la belleza que nos esconde esta bendita tierra desconocida en ocasiones hasta para nosotros mismos repara todo esfuerzo. No sé las veces que me sentí en la obligación de agradecer a Dios el allí y el entonces. Sin embargo sigo pensado que no saldé con mis agradecimientos tanta belleza.

Seguimos rumbo a Sierra Nevada.

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