En pie con pereza y mecánicamente me voy al cuarto de baño. Lo primero una ducha. Salgo, ya con los ojos abiertos, y la cafetera es lo que me los mantiene ahora. Otra bonita costumbre es la tostada. Aceite de la tierra y tomate. Desde la cocina repaso mentalmente todo lo que hay sobre la mesa y siempre siempre añado algo que olvidé ayer.
Meto primero la ropa seca con la que me cambiaré cuando termine, después la comida: bocatas abajo y fruta encima. Alguna barrita o galleta la dejo fuera, porque va en un bolsillo exterior. A un lado llevo el agua y al otro un bidón con sales. La navaja, el pequeño botiquín con los parches para las ampollas, la linterna (¡para qué querré yo la linterna!)
Al salir cojo los bastones, que los deje preparados en la puerta de casa, y me calzo las botas. En la mano llevo las zapas para el final del día (porque ahora no tienen otros menesteres)
Es de noche, y lo primero que hago al poner el pie en la calle lo primero que busco es el cielo: estrellado, nuboso, con luna llena... nunca es igual.
Siempre sonrío, para adentro y hacia fuera. Doy gracias. También siempre doy gracias.
El punto de encuentro está cerca de casa. Allí, con unos un día y con otros otro hay saludos, choques de manos, palmaditas y ¡hasta besos y abrazos!
Coche, musiquita de viaje, pero baja. Siempre la conversación está por encima porque es el momento de esto. De lo que hablemos no es lo importante. A ratos hasta andamos callados. Pensando. Nos reímos y bromeamos con la vuelta y lo "perracos" que estamos. A veces, también es verdad, que subimos la música. Pero solo si la canción lo merece, ¿eh? ¡Cualquiera no vale! Amanece, suelo girar la cabeza y buscar la salida del Sol. Parada (si procede) y café.
Nos acercamos al lugar de visita, buscamos el camino, confusión y marcha atrás, y llega uno de mis momentos favoritos: parar el coche y bajar. Ahora lo que mis ojos buscan es la cima. Allí hay más que una meta. Es un paso en nuestro camino. Un camino con subidas, bajadas, curvas y rectas... en fín, lo que es un camino... unos parecidos a los otros pero jamás lo mismo.
La subida es subida. No soy capaz de describir esto. No puedo. Me vería limitado a las palabras y sería muy pobre la descripción. Se quedaría vacía y ni yo explicaría ni vosotros (si no lo habéis VIVIDO) lo entenderíais.
Arriba hay abrazos y palmadas otra vez. Fotos y a mí me gusta mirar. Me lo quiero llevar todo, todo en la cámara para los que he echado de menos esta vez (desgraciadamente -o afortunadamente por tener a tantos- siempre a alguien) pero a la vez soy consciente de que siempre siempre me llevo algo en mi retina. Para mí. Para los sueños de esta noche, para contarle a mis hijos o a quien falte ese día. No a todo el mundo. Porque limitado a palabras podría ser aburrido.
Ahora para abajo, buscar un "trascacho" y la comida. Suele ser más pausada. Relajada. Hasta hay tiempo para las reflexiones, más o menos profundas, aunque las más de las veces terminamos llorando de la risa por alguna "pollada"!!! Unas veces unas y otras otras... ¡diferentes!
Terminamos la ruta y llegamos a los coches. El último vistazo atrás y una sonrisa interna. Yo siempre pienso: -Ahí he "estao" yo-
Ruta acabada, felicitaciones, ropa seca y cambio de botas por zapatillas. Acordamos el sitio de encuentro para tomar unas cervezas. Subimos al coche y deshacemos el camino. Más conversación, más música, más silencios. ¡Ahora hasta algún ronquido se escapa!
Luego hay más vida. Unas veces alargamos con los niños. Otras, sale el "alma pirata" y me da por descumplir quince años.
Ya vendrá el dolor de rodilla y me acordaré del momento en que decidí subir allí y... volveré a sonreir.
Sed felices. :)
Este tiempo me dio para:
Febrero:
Marzo:
Ruta acabada, felicitaciones, ropa seca y cambio de botas por zapatillas. Acordamos el sitio de encuentro para tomar unas cervezas. Subimos al coche y deshacemos el camino. Más conversación, más música, más silencios. ¡Ahora hasta algún ronquido se escapa!
Luego hay más vida. Unas veces alargamos con los niños. Otras, sale el "alma pirata" y me da por descumplir quince años.
Ya vendrá el dolor de rodilla y me acordaré del momento en que decidí subir allí y... volveré a sonreir.
Sed felices. :)
Este tiempo me dio para:
Febrero:
Marzo:
Buenisima entrada!
ResponderEliminarDisfrutando que es lo importante y tantas veces se nos olvida.
Un abrazo.
Gracias Javi!
ResponderEliminarUn saludo ;)