miércoles, 1 de agosto de 2012

Primer paso: NO CORRES SOLO

Un ejemplo real que nos permite recordar cómo aún en las situaciones más complicadas existe un apoyo providencial que nos permite alcanzar la meta. No pierdas de vista el propósito de tu carrera y nunca te rindas, ¡no corres sólo!
En 1992, los Juegos Olímpicos de verano se celebraron en Barcelona, España. Uno de los corredores de la carrera de 400 metros planos era un atleta inglés llamado Derek Redmond.
Había entrenado durante años para competir en las Olimpiadas, pero mientras corría se lesionó el tendón y se desplomó en la pista con un terrible dolor. Decidido a seguir, Derek logró ponerse de pie. Iba cojeando hacia la meta cuando su padre descendió y saltó a la pista.
Nadie pudo detenerlo, Jim Redmond llegó a donde estaba su hijo. El joven corredor se apoyó sobre el hombro de su padre al tiempo que se tambaleaba para terminar la carrera. Toda la multitud se puso de pie y vitoreó a los dos hombres. Cuando cruzaron la meta, fue como si el corredor, su padre y los espectadores lo hubieran logrado juntos.
En la vida muchas personas te van a ayudar si te dejas, y muchas querrán ser parte de ese Equipo. “QUERER ES PODER”, lo peor no es caerse, es no levantarse.

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